A continuación transcribimos su carta de presentación:

Con profundo agradecimiento y respeto al Prof. Andrés de la
Oliva, a quien trasmito públicamente mi personal consideración humana
y académica, asumo la presidencia de esta Plataforma, cuyo solo
nacimiento y existencia revela las profundas carencias de nuestra
Administración de Justicia y la necesidad de afrontarlas desde los
postulados que nuestra Constitución proclama. 
 Mucho hemos avanzado en este tiempo inicial, en el que nuestros
principios fundacionales han calado en la sociedad por la fuerza de
los hechos, siendo comprendidos a la vista de la situación de un Poder
Judicial poco atendido en sus necesidades básicas para cumplir la
función de tutela de los intereses de la ciudadanía y por la continua
politización de sus órganos de gobierno. Estas realidades no las niega
ya nadie y constituyen una demanda ciudadana plasmada en la mayoría de
los programas electorales de casi todos los partidos. La merma de la
calidad de la justicia, fruto de su saturación es un hecho notorio y
parece ser que el único remedio a aplicar al mal sea la adopción de
criterios de eficiencia poco compatibles con una función en la que el
coste económico no es el elemento que debe primar. La Justicia no es
la Administración Pública, ni un servicio público, sino un Poder del
Estado.
La Plataforma cívica por la independencia judicial es necesaria como
expresión reivindicativa de lo que es consustancial al Poder Judicial.
Exigir independencia, cuando ésta es la nota que identifica a este
Poder es algo tan elemental, que no aceptarlo equivale a negar el
Estado de derecho.
 Los siete objetivos básicos que justifican nuestra existencia
mantienen su vigencia y dotan de significado nuestra asociación que,
por ser ciudadana y plural, está plenamente legitimada para
defenderlos desde la imparcialidad más exquisita. Su apertura a
cualquier ciudadano, jurista o no, que debe ser un objetivo de futuro,
es la máxima garantía de esa independencia que reivindicamos.
 Continuar en la misma línea, cuando se ha demostrado correcta, es
obligado. Insistir en los principios que nos identifican, aunque se
vayan produciendo avances, irrenunciable.